por Pamela Garduño Martínez y Santiago Gutiérrez Oscar Arturo
Dicen que a la Catrina
le dieron vida en mil novecientos doce
y en mil novecientos treinta y uno
ya estaba enfilada en la guerrilla.
Primero en El Salvador
seguidita y casi al mismo tiempo
en Nicaragua
paseándose por toda Centroamérica.
Corriendo, la Huesuda
va desfilando tras las fuerzas armadas
correteando los golpes militares
que patrocinan los yanques.
El brujo quería hambre y miseria
no seas así, le dijo la flaca,
si huesuda hay una nomás
a menos que usted se deje llevar.
Cuarenta y cinco años batalló la muerte
para a los Somoza atrapar
y resulta que Martha Debayle
entre su fortuna ande baile y baile.
El Estado listo está
para la noche estelar
la Catrina vestida de gala va
siendo una espectadora más.
Con los guantes bien puestos
en una esquina un militar
desenfunda el plan Cóndor
listo para el comunismo matar.
Falso campeón
la Catrina ya viene por el dictador.
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