por Jessica Flores y Daniela Carrillo
En la historia argentina, resplandece un nombre,
Eva Perón, en la memoria, un faro de renombre.
Mujer de gran fuerza y pasión sin igual,
Dejó una huella imborrable en su país natal.
El esposo Domingo parecía ser,
pues ser su acompañante era un placer,
al igual que ella, a Argentina quería fortalecer,
y unidos con su pueblo esto podría suceder.
De los humildes y desfavorecidos fue defensora,
Su voz en los corazones, un eco de gran altura.
Con su Fundación, alivio y esperanza sembró,
Brindando ayuda y cariño, a quien más lo necesitó.
A las mujeres siempre representó y vaya que lo logró
su enjundia y carisma siempre contagió,
cuando hablaba simplemente causaba emoción.
Ojalá algún día tengamos de nuevo a una Eva Perón.
En su lucha incansable por los derechos sociales,
Eva Perón desafió obstáculos y prejuicios ancestrales.
Un ícono de la justicia y la igualdad, sin duda alguna,
Su legado perdura, como una estrella en la bruma.
En la memoria colectiva, su espíritu sigue vivo,
Eva Perón, un símbolo de esperanza, motivo.
En cada corazón argentino, una llama ardiente,
Que nunca se apaga, que permanece constante.
Argentina lloró y llorará la muerte de Eva,
sin embargo, la lucha continúa en nombre de ella,
no solo en el sur, sino en toda Latinoamérica.
Queremos un cambio sea como sea.
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