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Venezuela: ¿amenaza a Estados Unidos?


El poderoso vecino del norte tiene

la mala costumbre de salvar

a los demás países. Cuando voy

a Estados Unidos y hago lecturas

de mis libros en las universidades,

siempre empiezo por suplicar

que por favor no me salven,

“please don´t save me”.

Yo no quiero ser salvado

Eduardo Galeano

Estados Unidos emitió hace unas semanas un decreto en el que consideraba a Venezuela como una amenaza “inusual y extraordinaria” a la seguridad nacional y a la política exterior causada por distintas medidas que el gobierno de Venezuela ha implementado en los últimos meses. Entre ellas destaca la decisión de reducir en 80% el número de funcionarios diplomáticos con autorización para trabajar en la embajada de Estados Unidos en Venezuela.[1] Para empezar es importante señalar que el concepto “nación” o su derivado “lo nacional”, en la política estadounidense ha tenido múltiples, variadas y discrecionalidades acepciones.

Como respuesta, la declaración ha sido tomada en distintos niveles de alarma a lo largo y ancho del continente. Desde posicionamientos claros y fuertes, como los despliegues militares en Venezuela, hasta declaraciones como la de Rafael Correa quien en la Cumbre de las Américas 2015, señaló: “En la Guerra Fría […] la acción invasiva e injerencista de esos años se basa en el combate al comunismo, ahora el argumento es la defensa de los Derechos Humanos. La orden ejecutiva del presidente Obama contra Venezuela viola flagramente el derecho internacional […] La respuesta que ha dado la región ha sido contundente rechazando la orden ejecutiva y pidiendo su retiro. Nuestros pueblos nunca más aceptarán la tutela, la injerencia ni la intervención.” [2]

Esta situación que tensionó de manera aparentemente pasajera, pues al menos en medios oficiales mexicanos no se ha dado tanto seguimiento a la noticia, es indicativo de un panorama político y económico en América Latina. Por un lado y desde una perspectiva claramente antiimperialista se puede hacer un buen balance de la respuesta latinoamericana ante la orden ejecutiva estadounidense: el despliegue de fuerzas militares y la crítica de un presidente que recuerda que América Latina ya cambió y no estamos en el tiempo de las dictaduras, es algo que demuestra que después de décadas de la “formalización” democrática, en algunos lugares se han logrado construir relaciones bilaterales con la potencia del norte, muy distintas.

Sin embargo, a pesar de todo ello, no deja de resultar sumamente preocupante dicha orden ejecutiva, sobre todo por el uso discrecional que, aparentemente, la Casa Blanca sigue haciendo de conceptos como “seguridad”, “nacional” y “amenazas” y con lo cual ha tenido justificación ante ciertos sectores de la opinión pública internacional para intervenir económica, política o militarmente a algún país. Sumado a ello, el Departamento del Tesoro reconoció que el lenguaje fue de un tono muy serio, pero señaló que únicamente era “parte de un procedimiento legal normal” para iniciar un proceso de posibles sanciones al país sudamericano. No deja de ser significativo que lo que para funcionarios estadounidenses es “normal”, para el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Diosdado Cabello es la antesala de un ataque militar al país.

Por otro lado y partiendo de la necesidad de analizar este tipo de fenómenos en el contexto internacional es imposible no realizar un pequeño recuento de la historia mundial reciente: con el establecimiento de Estados Unidos como potencia hegemónica a partir de finales del Siglo XX y principio del XXI, pareciera que el interés norteamericano dejó de centrarse principalmente en América Latina sino en Medio Oriente. Esto es notorio con la cantidad de recursos militares dirigidos hacia esa zona.

En términos geopolíticos y militares siempre resulta peligroso establecer múltiples frentes de batalla pues se corre el riesgo de alargar indefinidamente los distintos conflictos o de perder el control de ciertos territorios. En ese sentido, el hecho de que la mirada de la política exterior estadounidense se centrara en otras regiones del planeta, permitió cierto margen de acción a la mayoría de los países latinoamericanos. Dicho margen cosecha hoy en día sus frutos y, me permito señalar aún a riesgo de pecar de optimismo, probablemente seguirá haciéndolo.

No obstante hay que tomar en cuenta que desde hace unos meses, Estados Unidos ha implementado una serie de medidas que pueden estar en el tenor de retomar el control sobre una región que a pesar de todas las dificultades ha demostrado tener una gran capacidad creativa para mantener y enarbolar la resistencia, la lucha activa y el rechazo a políticas que son ampliamente señaladas como “intervencionistas”.

En ese contexto se pueden ubicar los cambios en la política diplomática, que no económica (léase “embargo”) a Cuba y las más recientes sobre Venezuela. También así se pueden explicar las respuestas de la población latinoamericana y de otras partes del mundo en contra de estas declaraciones que van desde recolección de firmas de apoyo, hasta manifestaciones en las calles de Venezuela, en la que pareciera haber cierto consenso: los problemas de Venezuela los resuelven los venezolanos.

[1] http://www.bbc.co.uk/mundo/ultimas_noticias/2015/03/150309_ultnot_eeuu_venezuela_sanciones Revisado el 17 de abril de 2015

[2] https://www.youtube.com/watch?v=WrBAVwsL9wQ revisado el 26 de abril de 2015

Alumna de la generación 2012

Temas de interés: Lucha de clases, análisis sociales, geopolítica, relaciones internacionales, economía latinoamericana, integración regional.

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