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EL ANTROPÓLOGO DE CLOSET.- Alfredo Pizano

¿Razón o Revolución?


En los planteamientos de la polémica sobre ¿qué es la Ilustración?[1] Kant la define de inmediato como “la liberación del hombre de su autoculpable incapacidad”[2] pero a qué tipo de incapacidad es a la que se refiere Kant con ello.

Sapere aude! ¡Ten el valor de servirte de tu propia razón!: he aquí el lema de la Ilustración”[3]. La más dulce de las exigencias de la Ilustración fue la liberación del yugo, como lo dirá más adelante, de un cura que te diga cómo orar, un médico que te diga la dieta que se debe seguir, o de un libro que te diga qué saber.

La delicia de estar siendo guiado por la palabra de los demás es la manera más sencilla de hacer pasar el tiempo, es más sencillo ser llevado al matadero pensando en ir a Disneylandia que ir por voluntad y conciencia por los actos cometidos.

¿Qué ventaja tiene el usar la razón? Pues si partimos del hecho de la responsabilidad por los actos, ya que al usar la razón no existe un “colchón de salvación” en culpar a aquellos que te enseñaron cómo hacer las cosas sino que el catalizador de las acciones no es lo que te han enseñado sino lo que te dicta la razón; “para ser ilustrado es necesario pasar de la minoría de edad a una madurez que te posibilita para pensar por ti mismo”.[4]

Debido a esta incapacidad el hombre debe de empezar una contienda por ganar la “mayoría de edad” y esta contienda por la mayoría de edad está en juego por parte de una de las libertades, “la más inocente entre todas las que llevan ese nombre, a saber: libertad de hacer uso público de su razón íntegramente”[5].

Esto se contrapone con el contexto en el cual la obra se está gestando, la revolución francesa de 1789, ya que Kant da un juicio lapidario sobre las consecuencias de la revolución:

“Mediante una revolución acaso se logre derrocar el despotismo personal y acabar con la opresión económica o política, pero nunca se consigue la verdadera reforma de la manera de pensar; sino que, nuevo prejuicios, en lugar de antiguos, servirán de riendas para conducir al gran tropel.”[6]

Acabar con el tirano no va a ser un avance sino se erradica la minoría de edad puesto que “el oficial dice: ¡no razones, y haz la instrucción! El funcionario de Hacienda dice: ¡nada de razonamientos!, ¡a pagar! El reverendo: ¡no razones y cree!”[7] Todas estas limitaciones de la libertad coartan el libre uso de la razón, el paso a la mayoría de edad y los encasillan en la minoría de edad.

En este planteamiento se hace manifiesta una distinción entre un uso público de la razón contrapuesto al uso privado de la razón. El segundo es el dominio de la opinión, la doxa, creencias personales que, por lo regular, están impregnada de prejuicios. En contraposición el uso público “es aquel que, en calidad de maestro, se puede hacer de la propia razón ante el gran público del mundo de lectores”.[8]

El papel que en la Ilustración es el uso de maestros o expertos en las temáticas que pueden aportar conocimientos y rompen así con la educación de la universidad medieval en la que el profesor imponía los criterios de verdad basados en la Biblia o preceptos teológicos y se funda así la tradición del intelectual en la sociedad, mediante el principio de publicidad [Öffenlichkeit como lo estudiará Habermas].

Con el uso de la tradición en la que los maestros son quienes ejercen una cierta posición, no estática, rompe las consideraciones de uso para la razón. “En este aspecto nuestra época es la época de la Ilustración o la época de Federico”[9] debido a que Federico fue un monarca que no necesito del uso de la censura, por ello está en alta estima para Kant, ya que él no fue un déspota como lo fue Luis XVI en Francia. “la emancipación de los hombres de su merecida tutela, en especial, por lo que se refiere a cuestiones de religión”[10].

La postura kantiana de la emancipación del hombre mediante la razón y no de un estallido revolucionario producto de las contradicciones económicas es una de las causas por las que optar por la razón como un canalizador adecuado para un cambio social.

En la siguiente entrega trataré de contrastar esta postura kantiana con la ofrecida por Marx en el Manifiesto y así poder contrastar la idea de si el catalizador para un cambio es la razón o la revolución.

[1] Esta polémica fue iniciada por Johannes Friedrich Zöllen quien al preguntarse sobre ¿qué es la ilustración en el Berlinischen Monatsschrift (Boletín mensual berlinés) en 1784 obtiene una serie de respuestas de los pensadores más relevantes de esa época en Prusia, lo que ahora es Alemania, como lo fueron Moses Mendelsonn, Gottlob Lessing, entre otros; pero en quien centraremos la atención será en la respuesta que dio Kant.

[2] Immanuel Kant ([1784] 2010) “¿Qué es la ilustración?” en Filosofía de la historia, México: Fondo de cultura económica; traducción de Eugenio Ímaz p. 25.

[3] Immanuel Kant ([1784] 2010) Ibid.

[4] Rauscher, Frederick, "Kant's Social and Political Philosophy", The Stanford Encyclopedia of Philosophy (Summer 2012 Edition), Edward N. Zalta (ed.), URL = <http://plato.stanford.edu/archives/sum2012/entries/kant-social-political/>. [citado el 26 de abril de 2015]

[5] Emmanuel Kant ([1784] 2010). Loc. cit.28

[6] Emmanuel Kant ([1784] 2010). Loc. cit. Pp. 27-28.

[7] Emmanuel Kant ([1784] 2010). Loc. cit. p. 28

[8] Emmanuel Kant ([1784] 2010). Loc. cit. p. 28.

[9] Emmanuel Kant ([1784] 2010). Loc. cit. p. 35

[10] Emmanuel Kant ([1784] 2010). Loc. cit. p. 36.

Alumno de la generación 2015 del Colegio de Estudios Latinoamericanos.

Líneas de investigación

Filosofía: en especial la recepción de la Filosofía alemana en Latinoamerica.

Sociología: los procesos civilizatorios a partir de la contraposición de Europa y América Latina.

Urbanismo: las configuraciones de las ciudades a partir de las influencias culturales en América Latina.

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