Para el profesor Koldo Unceta los estudios sobre desarrollo son entendidos de manera amplia como “el análisis de las condiciones capaces de favorecer el progreso y bienestar humanos” (Unceta, 2014: 31), dicho esto quiero iniciar con la idea de que desarrollo y buen vivir no se encuentran ajenos en la búsqueda humana y universal del bien común (Houtart, 2011: 74). Si bien se ha reflexionado en los últimos años desde los círculos intelectuales la idea del Buen Vivir o Sumak Kawsay como alternativa al desarrollo, en está trayectoria se ha evidenciado el desconocimiento que en la vida cotidiana se tiene del termino, sobre todo en las comunidades andinas. Es Carlos Viteri, originario de la Amazonía ecuatoriana, formado como antropólogo y militante del actual partido en el poder, quién introduce en escena el concepto de Sumak Kawsay[1] (Hidalgo, 2014: 19), desde entonces la idea ha sido objeto de debate, sobre todo en América Latina, por distintos intelectuales, como una posibilidad teórica-utópica, mientras que en Ecuador ha significado uno de los ejes centrales del actual gobierno desde una lógica política-ideológica (Unceta, 2014: 124) (Houtart, 2011: 57). Es decir, en la sociología del conocimiento, y concretamente para Karl Manheim, la ideología más allá de los juicios de valor corresponde a un plano político, a un plan de acción según la sociedad a la que va dirigida para mantener un cierto status quo. Por otro lado, la utopía trasciende la situación social orientando la conducta (Manheim, 1993:49-172). El bien común para el Pueblo Kayambi se encuentra directamente ligado al sentido comunitario, a las formas de vida tribales, así más que usar el Sumak Kawsay en Cayambe se utiliza el Alli Kawsay que significaría estar bien, y tener buena vivencia con las personas y los seres del mundo, del cosmos; significa también tener un buen comportamiento con el entorno inmediato (Churuchumbi, 2014: 64, 101). Más que un “Buen Vivir” como un punto a reivindicar versus el desarrollo, el Alli Kawsay es en la cotidianeidad una buena actitud en la vida, en la vida local, en la organización y el trabajo como Minga, así como un bien común en el que se relacionan las personas y la naturaleza o “Pachamama”.
La polémica Ley de Aguas en el Ecuador se habría propuesto desde 2009, y finalmente se aprobó en 2014 con una serie de protestas que tuvieron lemas como: “¡Por la vida el agua y la dignidad de los pueblos!” o “¡El agua no se vende, el agua se defiende!”. Estás protestas han tenido como referente la característica plurinacional del Estado ecuatoriano. No se trata sólo desde la amenaza que representa la posible privatización del recurso hídrico, sino también dar reconocimiento a los pueblos en la construcción del Estado. Se trata de un reconocimiento sobre las formas de cuidado en la gestión y uso del recurso. Donde las Juntas de agua han desarrollado la recuperación también de los páramos con un pensamiento colectivo y comunitario, elaborando a través de mingas toda una red qué va más allá de los aspectos técnicos. Es decir, la gestión comunitaria del agua en contextos de acaparamiento por las haciendas o las industrias, como las florícolas en Cayambe, funcionan también como constructos sociales de relaciones y, de recuperación de la identidad comunitaria.
La Ley Orgánica de Recursos Hídricos, Usos y Aprovechamiento del Agua[2] fue aprobada en Congreso, con la manifiesta desconfianza por los sectores más críticos de la CONAIE y sus aliados de Pachakutik en agosto de 2014. La gestión del agua, dice el texto aprobado, es: “pública o comunitaria”; en ese sentido el agua es poder. Parte del poder es quién decide sobre la participación del agua. Recordemos que la “pachamama” es el espíritu de la naturaleza (Hidalgo, 2014: 56); desde un pensamiento holístico e integral las personas pertenecemos a ese cosmos, por tanto la relación con la naturaleza y sus recursos requiere de una relación de respeto y reciprocidad: Alli Kawsay.
Existen distintas cuestiones, ante el incuestionable derecho humano al agua, hay que decir que en Cayambe sigue existiendo una serie de intereses no siempre contrapuestos. En las empresas de flores trabajan también Kayambis. En el caso del agua, son las comunidades, las organizaciones de primer grado, las que impulsan estrategias de regeneración y optimización del recurso, y a su vez, son las que entran en conflicto directo con las empresas florícolas por su distribución (Churuchumbi: 2014, 58-59). Con Guillermo Churuchumbi en la alcaldía de Cayambe la participación indígena podría estar orientada a un desarrollo local con identidad, una identidad Kayambi que asiente las bases de Alli Kawsay en el Cantón.
Bibliografía.
Antología del Pensamiento Indigenista Ecuatoriano sobre Sumak Kawsay (2014). Hidalgo Capítan, Luis et Alt. (Edits.), Primera edición, Universidad de Huelva, Huelva, 366 Págs.
Becker, Marc y Tutillo Silvia (2009). Historia agraria y social de Cayambe, FLACSO-Ecuador-Abya Yala, Quito, 263 Págs.
Constitución Política de la República del Ecuador, Asamblea Constituyente, Montecristi, Registro Oficial 449, 2008.
Churuchumbi, Guillermo (2014). Usos Cotidianos del término Sumak Kawsay en el territorio Kayambi, Tesis (Maestría en Estudios Latinoamericanos), Ecuador, Universidad Andina Simón Bolivar, Área de Estudios Sociales y Globales, 108 Págs.
Houtart, Francois (2011). El concepto de Sumak Kawsay (Buen Vivir) y su correspondencia con el bien común de la humanidad, en Ecuador Debate, Quito, Vol. 84: 57-76.
Manheim, Karl (1993) Ideología y Utopía, Introduccción a la sociología del conocimiento, Primera reimpresión de la tercera edición, FCE, México,
Unceta, Koldo (2014). Desarrollo, Postcrecimiento y Buen Vivir, debates e interrogantes, Ediciones Abya-Yala, Quito, 213 Págs.
[1] Viteri, Carlos (2000), desarrolla el concepto de Sumak Kawsay en su tesis de licenciatura. Además tiene un blog personal donde auto-identifica la propuesta de Sumak Kawsay como propia, disponible [en línea, consultado (29 de abril de 2015)] en: https://carlosviterigualinga.wordpress.com/biografia/
[2] Puede consultarse en: http://www.agua.gob.ec/wp-content/uploads/2012/10/LEYD-E-RECURSOS-HIDRICOS-II-SUPLEMENTO-RO-305-6-08-204.pdf
Linda Acosta Rodríguez, Doctoranda en Ciencias Sociales, línea de investigación: estudios latinoamericanos, Universidad de Salamanca. Máster en relaciones Internacionales Iberoamericanas, Universidad Rey Juan Carlos (Madrid). Socióloga, Universidad Autónoma Metropolitana (Xochimilco).