Latinoamérica goza de una gran diversidad cultural, de sabores y de colores. Por supuesto, que hablar de ello, podrá ser un tema con muchas ramificaciones. Por el momento, tengamos en cuenta algo que es esencial en la existencia humana: el lenguaje.
Latinoamérica dentro de su variedad lingüística, tiene tres lenguas romances, como idiomas oficiales: portugués, español y francés.
Bien sabemos, que el idioma español es mayoritario, y nos sentimos orgullosos de éste vínculo que nos une a otras tierras cercanas o lejanas.
Algo que es muy interesante de una lengua grande recae en la variedad de su uso. Veámoslo así, si el mundo cambia, las reglas cambian. Por supuesto, que la lengua ha evolucionado, se refleja en la forma de expresarse, se modifica la ortografía, el léxico y la gramática.
En mi opinión, las redes sociales, son un detonante importante de ello, son una puerta abierta a la promoción de aquellas palabras “locales” que se adaptan a las situaciones, son aceptadas y entendidas en su significado, por otras personas de otros países, y se comienzan a usar.
Ejemplo de ello, es que se comenzó a usar la palabra “amigovio”, y así como éste muchos otros términos muy probablemente se han vueltos virales y proyectados por las redes sociales, de manera que se comenzó a utilizar en Argentina, México, Paraguay así como Uruguay.
El uso y desarrollo de internet, facilita las comunicaciones, nos acerca a otros lugares y a demás personas que nos comparten sus ideas y nos presentan a su mundo, el intercambio de experiencias, poco a poco transforma el modo de vivir de las personas, pues su pensar y reflexionar acerca de la vida, hace que surjan nuevas acepciones de ésta.
Una de las consideraciones que tiene la RAE, en cuanto al reconocimiento de una palabra, es su uso en al menos tres países. Un modismo, o bien, un término coloquial, usado de manera inconstante y en localidades, no pueden ser reconocidos formalmente.
Los modismos de Chile, han creado el famoso mito que en Chile es donde peor se habla el español. No lo creo así, en todos los países hay una lista de modismos que se usan frecuentemente.
“En términos puramente lingüísticos en Chile no se habla mal, se habla distinto, si hubiéramos hablado mal habríamos de dejado de comunicarnos así desde hace mucho tiempo”, destacó el joven profesor de la Universidad de Chile, autor del ensayo Por qué los chilenos hablamos como hablamos”[1]
Pero sí, es cierto, que los modismos que se usan en Chile llaman la atención por la instrumentalización política y diferencias entre la norma estándar del propio idioma.
Ejemplo de ello: “En Chile se dice guagua (bebé), cachai (entiendes), guata (barriga), poh (pues) o carrete (fiesta), se vosea -¿Cómo estai? ¿Qué querí?-no se pronuncia la “s” al de las palabras y se usa un tono agudo al hablar.”[2]
Todos los hispanohablantes estamos conscientes de esta variedad lingüística y cultural, la cual es a veces importante entenderla y aceptarla. Por decir, no es lo mismo traducir un libro para Argentina, Chile, Venezuela, o para México, aunque tengamos el mismo idioma español. Es por esto, que algunas editoriales, contratan a “traductores neutros”, que tengan amplios conocimientos acerca de cómo se escuchan con más naturalidad las frases o diálogos, y puedan comprenderse mejor en los diferentes lugares donde puede llegar a ser leído, todo ello con la finalidad de generar mejor aceptación y comprensión el libro.
El español de América, se flexibiliza, es frecuente que estos “americanismos” sean más usados y entendidos por muchas personas. La Real Academia Española acaba de incluir más americanismos en el Diccionario de la lengua española[3], que todos hemos escuchado, y más se propaga su uso con las redes sociales, como son: “amigovio”, “papichulo”, “hacker”, “basurita”, “wi-fi”, etcétera.
Tal vez, se escuche exagerado el peligro de no entendernos, ante ello la lengua española ha sido normada , alguna vez hemos oído hablar de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), Real Academia Española (RAE), del Corpus Diacrónico del Español (CORDE), etcétera. Todo ello, a motivo de la importancia de estudiar, conocer, entender, regir, nuestro idioma para mantener la unidad de la lengua española.
Toda lengua tiene sus propias reglas precisas, sea pronunciación, ortografía, gramática y es importante respetarlas. Sin embargo, éste español muy demandado, no es que se encuentre desgastado, sino, que está evolucionando.
[1] El Universal. Año CVI, número 23.936, 3 de junio de 2015. ¿Los chilenos hablan mal el español? [en línea] < //http://www.eluniversal.com.mx/cultura/2015/chile-espanol-idioma-1104765.html>
[2] Ibidem.
[3] En su última edición publicada en Octubre de 2014.
FUENTES
El Universal. Año CVI, número 23.936, 3 de junio de 2015. ¿Los chilenos hablan mal el español? [en línea] < //http://www.eluniversal.com.mx/cultura/2015/chile-espanol-idioma-1104765.html>
Diccionario de la Lengua Española. [en línea] <http://www.rae.es/recursos/diccionarios/drae>
Lic. En Ciencia Política y Administración Pública opción Administración Pública.
Generación 2006-2010
Temas de interes: sociales, políticos, económicos, incluso históricos de las sociedades latinoamericanas.