La Ciudad de México es una de las ciudades más pobladas de América Latina, con base en datos de Naciones Unidas, en el último censo aplicado (2011), ocupa el primer lugar con 21 446 000 habitantes, le sigue São Paulo, Brasil, con 19 924 000 habitantes, y en tercera posición se encuentra Buenos Aires, Argentina con 13 528 000 habitantes.
El aumento de la población en mayor parte se debe al flujo migratorio constante, muchas personas llegan al Distrito Federal por diferentes motivos. El trabajo y la búsqueda de oportunidades quizá son las más comunes. Ya que por ser la capital del país, la ciudad tiene la principal infraestructura económica y empresarial del país.
Según datos poblacionales de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) del 2005[1], la Ciudad de México, durante 1995 a 2000, fue la ciudad de América Latina que más inmigrantes recibió desde municipios fuera del área metropolitana, con un total de 426 062, superando a Rio de Janeiro con 304 999, seguida de São Paulo con 830 141 inmigrantes.
Las oportunidades de empleo en la economía mexicana no pintan un buen panorama, ante una educación de baja calidad y el mercado tan demandante, genera condiciones adversas para sectores más desprotegidos de la sociedad.
El desempleo, la delincuencia, la falta de mejores oportunidades educativas laceran gravemente a la sociedad. Ante las situaciones negativas que genera el desempleo, muchas personas optan por dedicarse al comercio informal.
Según datos del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, señalan que 130 mil latinoamericanos tienen empleo informal, y que en el año 2000 tan sólo el 35% de los trabajadores latinoamericanos eran formales, hoy son el 53%.
Tal parece que es un problema que no ha frenado y en México no es la excepción. La Cámara Nacional de Comercio de la Ciudad de México (CANACO), estima 300.000 negocios informales en las calles de esta ciudad, y la cifra puede aumentar a más de un millón si se consideran a personas junto con puestos no establecidos con permanencia.
El ambulantaje es una forma de poder sobrevivir, pero a su vez representa un problema la ocupación de espacios públicos, incluso de formas muy irresponsables ponen en peligro al peatón, pues miles de banquetas son invadidas.
Poco a poco, vamos viendo que la vía pública se va “privatizando”, de forma que para adquirir un pedazo en la vía pública se negocia con “líderes”, a los que se les paga cuotas diarias para ocupar espacios, traspasos o permisos que ellos controlan.
El ambulantaje no sólo es en la vía pública, sino también, en el transporte público, ya sea microbuses o en los camiones, pero sin duda, el más transitado es en el sistema de transporte colectivo metro.
Los comerciantes informales, son personas que tratan de sobrevivir sin delinquir, pero cuando ponen en peligro el libre tránsito de las personas es cuestionable su trabajo pues representa inseguridad. Hay banquetas invadidas por la presencia de puestos ambulantes, donde el peatón ya no transita por las banquetas, exponiéndose a sufrir un accidente.
Por ésta y por más razones, se han llevado políticas públicas para la solución del comercio informal. Una de las más considerables fue el desplazamiento de ambulantes del centro histórico de la Ciudad de México, para peatonalizar vialidades como Madero. Conduciéndoles a “plazas de comercio popular” que son establecimientos permanentes, durante la administración de Marcelo Ebrard, quien fue jefe de Gobierno del Distrito Federal 2006-2012.
La más reciente es el “Operativo Cero Tolerancia”, llevado a cabo en el Sistema de Transporte Colectivo (SCT), el cual se pondrá en marcha el 17 de agosto del 2015. Dicho operativo busca cesar el comercio informal en el transporte, el principal objetivo es el metro, que es donde los ambulantes informales, “vagoneros”, se dan mayor cita para que comercializar todo tipo de productos, donde pasan gritando y empujando, sin importar si hay niños, personas de la tercera edad o enfermas.
El “Operativo Cero Tolerancia” especialmente señala el riesgo que representan los “bocineros” quienes venden discos piratas, los cuales son considerados por los usuarios como molestos porque generan estrés pues el volumen que utilizan es excesivamente alto.
El problema del comercio informal en el trasporte público impacta directamente, pues un transporte de calidad debe de cumplir estándares de calidad, siendo uno de ellos la satisfacción del cliente o usuario por el servicio recibido, lo cual queda muy lejos de cumplirse, pues aparte de muchos otros motivos, es inseguro y fastidioso debido a la presencia de personas que suben a vender o a “pedir” dinero haciendo trucos en los vagones.
Las autoridades señalan que parte de la solución es abstenerse de comprar para que cese el comercio informal, parte de ello es razonable, pero ¿Qué pasará con aquellas personas cuyos ingresos son del comercio informal? ¿A qué se dedicarán estas personas? Si lo analizamos desde esta perspectiva, las decisiones públicas que toman los gobernantes no conllevan a que la política pública “Operativo Cero Tolerancia” sea exitosa, lo más viable sería generación de empleos, mejores oportunidades y condiciones laborales, capacitación de una población objetivo (comerciantes informales) para incluirla al sector formal, mejores ofertas educativas.
Pese a los esfuerzos, el comercio informal ha ido en aumento. El gobierno pretende solucionar el problema del comercio informal con acciones insuficientes, pues el comercio informal tiene raíces y directrices que conllevan a buscar soluciones en competencia y coordinación de varias instancias gubernamentales, que presenten un proyecto viable.
[1] Para mayor información consultar: “Dinámica demográfica y desarrollo en América Latina y el Caribe”. Presentado por el Proyecto Regional de Población Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE) – División de Población / Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). Febrero del 2005.
Lic. En Ciencia Política y Administración Pública, opción Administración Pública, UNAM. Generación 2006-2010.
Temas de interes: problemas sociales, políticos, económicos e históricos de las sociedades latinoamericanas.