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Linda Acosta

Reconocer la diversidad, también, a través de la Educación


La Educación Intercultural es una de las demandas más actuales y sentidas por los distintos pueblos indígenas del Continente Latinoamericano, para muestra la experiencia en Ecuador, donde el actual gobierno de Rafael Correa, alegando criterios de calidad, optó por cerrar la Universidad Intercultural “Amawtay Wasi”[1] en el año 2013, es decir, se negó la vía de fortalecimiento para la educación de los pueblos originarios y todo tipo de apoyo oficial, cesando una propuesta que surgió desde los propios indigenas, dando carpetazo a una de las propuestas más nobles e inacabadas del espectro plurinacional. Acción que Desconoce el Convenio 169 de la OIT, que en su Artículo 27, apartado 1, por ejemplo menciona que:

“Los programas y los servicios de educación destinados a los pueblos interesados deberán desarrollarse y aplicarse en cooperación con éstos a fin de responder a sus necesidades particulares, y deberán abarcar su historia, sus conocimientos y técnicas, sus sistemas de valores y todas sus demás aspiraciones sociales, económicas y culturales.”

La Educación Intercultural no se resume exclusivamente en la forma bilingüe, sin duda propiciar el rescate y respeto de las lenguas originarias supone entre otras cosas el respeto a las personas que viven cada día en su lengua madre; además, la Educación Intercultural significaría entrar a los contenidos, a la epistemología de las culturas indígenas. No se trata sólo de descolonizar la cultura sino de fortalecer la diversidad; considerando que en esa diversidad existe desigualdad.

El paro nacional programado para el 13 de agosto se ha ido articulando estos días con marchas nacionales, rumbo a Quito, convocadas por distintas organizaciones indígenas del Ecuador, cuenta con el apoyo de el FUT (Frente Unitario de Trabajadores) y sectores estudiantiles, por ejemplo. A la cabeza del movimiento indígena nacional ecuatoriano se encuentra la CONAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador)[2], en donde convergen las distintas demandas de los pueblos originarios en los que se destacan los siguientes puntos:

“Educación intercultural; archivo definitivo de las Enmiendas Constitucionales que ponen en riesgo las conquistas logradas; devolución inmediata de los Fondos de Cesantía perteneciente a los trabajadores; revocatoria de la Ley de Aguas y su reglamento; derogatoria del Decreto 16; suspensión inmediata de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea; detención inmediata de las actividades extractivas en el Yasuní, Cordillera del Cóndor; moratoria de todas las concesiones mineras; y la libertad adyacente de todos los defensores de la madre Naturaleza y de los Derechos Humanos injustamente judicializados.”

Si forma es fondo, no queda duda que el golpe a la Educación Intercultural tiene un propósito… no olvidemos que las demandas que apoya el movimiento indígena de Ecuador son afines a la filosofía de un buen convivir, “Alli Kawsay” en kichwa o quichua. Este buen convivir, también conocido como Sumak Kawsay representa la tensión entre lo que entiende el gobierno de Alianza País como vía democrática y la democracia directa que experimentan los pueblos. La cosmovisión para una vida digna se fortalece en el proceso educativo, en el caso del Pueblo Kayambi ha significado reconstruir y fortalecer su identidad, acorde “a la realidad de la comunidad, y a su entorno tomando en cuenta a todos los actores comunitarios”[3] que se han involucrado en la causa.

Los indígenas del Ecuador han sido calificados por Correa y su aliado Evo Morales como organización instrumentalizada por la derecha[4], nuevamente los presidentes autodenominados de “izquierda” ven en el movimiento indígena un obstáculo para los “intereses de la Nación”, Correa invoca los errores que en el pasado dirigentes de la CONAIE a través de Pachakutik habrían cometido al apoyar la candidatura de Lucio Gutierrez, sin recordar que se trata de la misma organización que en 2007 le brindo su apoyo. Descalificar al movimiento indígena articulado es una afrenta política, y es también una muestra de debilidad de la política oficial, o bien que nos explique Correa ¿qué tiene de conservador, en América Latina, apostar por la educación intercultural desde los propios pueblos indígenas?

El Modelo del Sistema de Educación Intercultural Bilingüe (Moseib) del actual gobierno es una extensión de una propuesta que lleva más de 25 años en el Ecuador, el oficialismo actual se vanagloria de la inversión de 217 millones de dólares en los últimos años para este rubro[5]. Desde la CONAIE se ha solicitado en distintas ocasiones un informe para conocer el estado actual de la Educación Intercultural[6], el cual no ha sido facilitado como tampoco lo fue, ni lo es, invertir en la Universidad Intercultural “Amawtay Wasi”.

[1] La Universidad Intercultural no tiene reconocimiento oficial, sin embargo, mantiene activa sus relaciones y alianzas. Puede encontrarse el contacto a través de la página:

http://www.amawtaywasi.org

[2] http://conaie.org/

[3] Lanchimba, Rosa, y Lanchimba, Esther (2012). La Educación Intercultural Bilingüe y la revitalización de la Cultura del Pueblo Kayambi. (Tesis de Licenciatura en Educación con Mención en Docencia Básica Intercultural Bilingüe). Universidad Politécnica Salesiana, Quito. Disponible [en línea, consultado (13 de agosto de 2015)]: http://dspace.ups.edu.ec/bitstream/123456789/3611/1/QT03165.pdf

[4] Evo pide a indígenas ecuatorianos no ser “instrumentos de la derecha” (11 de agosto de 2015), La República. Disponible [en línea, consultado (13 de agosto de 2015)]: http://www.larepublica.ec/blog/politica/2015/08/11/morales-pide-a-indigenas-ecuatorianos-no-ser-instrumentos-de-la-derecha/

[5] http://educacion.gob.ec/inversion-en-educacion-intercultural-bilingue-supera-los-200-millones-de-dolares/

[6] Muyolema, Armando (13 de agosto de 2015). “Qué nos devuelvan la autonomía del sistema de educación bilingüe”. Disponible [en línea, consultado (13 de agosto de 2015)]: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=202088

Linda Acosta Rodríguez, Doctoranda en Ciencias Sociales,

línea de investigación: estudios latinoamericanos, Universidad de Salamanca. Máster en relaciones Internacionales Iberoamericanas, Universidad Rey Juan Carlos (Madrid). Socióloga, Universidad Autónoma Metropolitana (Xochimilco).

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