Agua, residuos, energía y efecto invernadero son parte de los grandes temas a los que ningún afectado directo se le dio voz. Han sido los mandatarios de cada gobierno en turno, de los distintos países del sistema de Naciones Unidas, quienes han tratado de llegar a un acuerdo entre el 30 de noviembre y el 11 de diciembre en el país galo, en un contexto de guerra contra el terrorismo yihadista que en un afán de dar seguridad a los ciudadanos, prohibieron las manifestaciones durante la cop21[2].
México, Brasil, Venezuela, Colombia, Argentina, Ecuador y Perú son países que han estructurado gran parte de su economía en la extracción de petróleo[3], un asunto que debe poner en reflexión la economía pero también la participación social y la innovación. Las represas de las hidroeléctricas en el continente también han puesto en contexto no sólo el problema ambiental desde las categorías biológicas, sino también la forma de vida de las comunidades que habitan las zonas de ríos, peligran con las prácticas del mercado ligados a la corrupción y a la falta de ética: Xálala en Guatemala, Chan 75 en Panamá, o los conflictos de Aysén en Chile, por ejemplo.
Cabe mencionar que en el apartado de energías -aunque se ha ido apostando poco a poco a la de tipo eólico- los montajes de los grandes molinos siguen siendo también en tierras de pueblos originarios a los que se les ha consultado poco o nada al respecto. Según el Convenio 169 de la oit, incluso han llegado a timos y estafas proporcionados en otra lengua distinta a la propia, y por consecuencia, a la exclusión de sus tierras, como es el caso de los yumanos pai pai, kiliwa, kumiai y cucapá del norte de Baja California en México. Insólito, también, que en relación a la energía solar muchos proyectos se han ido abandonando por ser poco rentables, pero sin llegar al absurdo del “impuesto al sol” para el auto-consumo que ya se aplica en España.
Cuando tuve la fortuna de subir a la Montaña de La Flor, en Honduras, pude observar que los ríos y fuentes de agua que abastecen a los indígenas tolupanes se encontraban en peligro, entre otros factores por el gorgojo de Pino. La existencia de dicho animal fue informada a las autoridades de la faorl por mi persona, quienes amablemente me indicaron que ya estaban al tanto para actuar con las autoridades locales. No obstante, mi insistencia en un segundo email al Sr. Lars Marklund y al Sr. Jorge Meza de la oficina regional en América Latina de la (fao)[4], fue con motivo de recordar que como pueblo indígena era importante que entraran en contacto directo con los mismos, ya que los tolupanes tenían desconocimiento de esta situación. Por una serie de medidas legales, la Montaña de La Flor ha sido considerada territorio ejidal de uso privado (ley Forestal-icf), y en ese sentido la legislación hondureña no prevé intervención técnica-estatal. Mi segundo recurso ha sido la universidad, poner en conocimiento de los expertos forestales la situación, solicitando el contacto y asistencia solidaria. Este ejemplo, tan concreto de una posible colaboración entre universidad y sociedad, es una muestra de que más allá de las cumbres entre Estados la responsabilidad del ambiente y sobre todo de nuestro hogar, el planeta, es asunto de todos desde nuestra pequeña parcela, incluido el consumo responsable.
Bibliografía:
Rufin, Carlos, “Energía eólica en América Latina, el desarrollo de su potencial”, en ReVista-Harvard Review of Latin América, 15(1): 36-38, Otoño 2015.
[1] http://conexioncop.com/conozca-el-nuevo-acuerdo-universal-sobre-el-cambio-climatico/
[2] “cop21: Ola de protestas mundial exige actuar contra el cambio climático”, en BBC Mundo, [en línea], <http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/11/151129_paris_cumbre_cambio_climatico_protestas_lv>, fecha de publicación: 13 de noviembre de 2015, fecha de consulta: 29 de noviembre de 2015.
[3] Muciño, F. (14 de marzo de 2014) “Los Países más ricos en oro negro”, en Forbes, [en línea] http://www.forbes.com.mx/los-paises-mas-ricos-en-oro-negro/, fecha de consulta: 13 de diciembre de 2015.
[4] Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, http://www.fao.org/americas/es/
Linda Acosta Rodríguez, Doctoranda en Ciencias Sociales,línea de investigación: estudios latinoamericanos, Universidad de Salamanca. Máster en relaciones Internacionales Iberoamericanas, Universidad Rey Juan Carlos (Madrid). Socióloga, Universidad Autónoma Metropolitana (Xochimilco).