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Stefany Edit Cisneros Zúñiga

La literatura mexicana en el siglo XX: el desencanto de la novela de la Revolución y del grupo de lo


Niños, habían presenciado las violencias

y las matanzas revolucionarias; jóvenes, habían sido

testigos de la rápida corrupción de los revolucionarios

y su transformación en una plutocracia ávida y zafia.

-Alejandro Katz-

La historia de la literatura mexicana inicia desde los códices prehispánicos, pasa por el periodo colonial, independentista y para el tema que nos atañe: por el periodo revolucionario y posrevolucionario.

Alejandro Katz señala que después de la Revolución Mexicana y con todas sus consecuencias, era difícil concebirla con la esperanza del principio: Dueño de un espíritu en el que no cabía la ingenuidad, nacido en una época indigna de ilusiones, Jorge Cuesta fue escéptico. No fue su privilegio: su generación, o más precisamente, sus compañeros de generación también lo fueron. (Alejandro Katz, 1989).

Es así como pueden definirse los años posrevolucionarios como una época de escepticismo, pues ya no era el periodo de la euforia y embelesamiento revolucionarios. México necesitaba ser reconstruido y su pasado necesitaba ser visto desde una mirada crítica, ya no condescendiente o romántica.

Lejos de tratar de entender a la literatura durante y después de la Revolución Mexicana como un hecho aislado, es necesario situarnos en contexto y hacer un breve recuento que abarque el siglo XX, con base en las Notas sobre la cultura mexicana en el siglo XX de Carlos Monsiváis:

A finales del siglo XIX, la poesía en México era considerada como objeto de culto que servía para educar a las masas, esta tradición se mantuvo hasta mediados del XX, después comenzó el reflejo del desencanto por la vida o por lo menos por la Revolución en las letras.

Monsiváis comienza su ensayo con los poetas: Gónzalez Martínez, Alfonso Reyes, López Velarde y Tablada, quienes fueron herederos del modernismo de Rubén Darío y del romanticismo de Manuel Acuña y Plaza.

De esta síntesis nacieron las vanguardias y otras formas de ver la poesía y la literatura en general, por ejemplo, mientras Velarde, Placencia y Gónzalez de León habían idealizado la vida provinciana, Rulfo y Azuela dejaron de mistificarla señalando su humanidad más allá de la absoluta bondad que pretendían adjudicarles .

2.1 La novela de la Revolución

Después de la Revolución Mexicana se gestó la decepción por la violencia que dicho movimiento trajo consigo. Mientras el muralismo ofrecía al público un optimismo pragmático, surgió la novela de la Revolución la cual era totalmente contraria a los ideales del muralismo nacionalista. La novela de la Revolución:

-En lo moral: la novela se centraba en el pesimismo que hermanaba a la condición humana con la disponibilidad en la traición; los idealistas vencidos, extendían hacia la humanidad su desconfianza congénita ante las revoluciones y sus líderes.

-En lo literario: el género deshizo los artificios pronósticos que inmovilizaban a la novela mexicana; se renovó el habla o lenguaje nacional; se respondió a una corriente porfirista que denigraba los movimientos populares.

-En lo social: se suscribió una mitología tremendista y primitiva; se afirmó y exacerbó el antintelectualismo como desconfianza ante los procedimientos de la oligarquía.

-En lo político: se abordaron los problemas centrales como la tenencia de la tierra, distribución, retención u obtención del poder. (Carlos Monsiváis, 2000).

2.3 Los Contemporáneos

Los miembros del grupo según Monsiváis fueron: Carlos Pellicer, Salvador Novo, Jorge Cuesta, Gilberto Owen, Bernardo Ortiz de Montellano, Xavier Villaurrutia, Enrique Gónzales Rojo, José Gorostiza y Jaime Torres Bodet, mientras algunos historiadores incluyen también a Celestino Gorostiza, Elías Nandino, Octavio G. Barreda, Rubén Salazar Mallén; al músico Carlos Chávez y a los pintores: Agustín Lazo, Rufino Tamayo, Julio Castellanos y Manuel Rodríguez Lozano.

Desde que supe de la existencia del grupo sin grupo, me pareció bastante curioso que dentro de un periodo histórico supuestamente incluyente que buscaba la integración nacional mediante la reivindicación de lo originario y de lo “mexicano”, se excluyera y marginara a los Contemporáneos, siendo ellos mexicanos. No sólo por su oposición al nacionalismo y tendencia universalista, sino por la abierta homosexualidad de algunos de sus miembros. Es por ello que en nuestros tiempos, es de vital importancia si no santificarlos sí reivindicarlos.

Pero ¿cuáles fueron sus aportes como grupo e individualmente? A mí parecer el más importante es la crítica que hacen a su tiempo y al nacionalismo que permeaba: “Casi todos –escribe Cuesta refiriéndose a los Contemporáneos- si no puede decirse que son críticos, han adoptado una actitud crítica. Su virtud común ha sido la desconfianza, la incredulidad. […] Esta actitud es la única que hace valer la actitud y la obra de los otros; es una actitud crítica.” (Alejandro Katz, 1989).

Por otra parte, Monsiváis señala los siguientes aportes:

-Promueven revistas: La Falange, Contemporáneos.

-Vivifican un teatro inmovilizado. Con sus traducciones dan a conocer a autores como Gide, Cocteau, Pound, Elliot, Cummings, Breton, entre otros.

-Fundan el primer cine club de México. Villaurrutia hace crítica cinematográfica y junto con Salvador Novo realizan guiones.

-Cuesta, Villaurrutia y Gorostiza inician la crítica de las artes plásticas.

-Renuevan el periodismo político y cultural.

-Combaten el nacionalismo.

-Defienden la libertad de expresión.

Como podemos ver, los aportes de los Contemporáneos fueron de vital importancia para el desarrollo de la cultura en México, y si se mostraron escépticos ante el nacionalismo que el fin de la Revolución Mexicana trajo consigo, fue a partir de una visión crítica.

Dicha visión crítica siempre ha hecho falta en el país, aun en nuestros días. Quizás el grupo sin grupo no haya poseído la verdad absoluta sobre la realidad mexicana de ese entonces, pero por lo menos se atrevieron a cuestionarla igual que la novela de la Revolución, dejando así, la brecha para que otras ideas y otros pensamientos fueran posibles.

Bibliografía

Alejandro Katz. (1989). Jorge Cuesta o la alegría del guerrero. En La escena, la voluntad de la fiesta (pp.14-31). México: FCE.

Carlos Monsiváis. (2000). Notas sobre la cultura mexicana en el siglo XX. En Historia general de México (pp. 959-1033). México: Colegio de México.

Estudiante de licenciatura de Estudios Latinoamericanos es parte del Taller de narrativa fantástica y poesía en el Centro de Cultura José Martí, parte del equipo de la revista Horizontes.

Lineas de interés: literatura, arte e historia.


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