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Fernando Montiel Martínez

#UNAnotecalles (2015). Movimiento estudiantil paraguayo.


I. Movimientos estudiantiles en América Latina

Los primeros años la década de 2010 presentaron en América Latina una serie de movimientos sociales entre los que destacó el movimiento estudiantil. Chile y Colombia en 2011, México en 2012 y la participación de estudiantes brasileños en movimientos más amplios en 2013 fueron los casos más resonados en los medios de comunicación internacionales. Una vez más el mundo se estremeció por lo acontecido el 26 de septiembre de 2014, suceso que inició marchas en el país y el mundo por la aparición con vida de los 43 estudiantes normalistas. Así, uno tras otro los movimientos se sucedieron en la región y el globo en lo que se denomina “movimientos sociales post 2011” (Ponce, 2018).

Las interpretaciones sobre estos fenómenos se enfatizaron en diversas características que los movimientos compartieron. Algunos pusieron énfasis en el papel de las nuevas tecnologías, otros se centraron en el componente generacional, unos más en la cultura política. Estas posturas y otros aportes coinciden en señalar que los movimientos sociales de este decenio comparten más que el horizonte histórico. Entre las características apuntadas resaltan la utilización de las nuevas tecnologías de comunicación, el rechazo a la política institucional, la creación de repertorios de acción y la forma organizacional que adoptaron (Pleyers, 2018).

Contemporáneo de las movilizaciones descritas, el movimiento #UNAnotecalles presenta algunas similitudes con sus pares latinoamericanos y sus propias particularidades que intentaremos señalar a continuación, después de un breve recuento de la trayectoria del movimiento y algunas de sus conquistas.

II. La Universidad en Paraguay

En este 2019 Paraguay celebra 30 años de democracia, tras la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989). En estas primeras tres décadas el proceso de apertura política en este país presenta dos etapas características: una primera marcada por una fuerte creencia en la democracia, expresada en un voluntarismo y un utopismo que minimizaron la magnitud de los obstáculos que enfrentaría el país, a la que sigue una etapa de frustración debido a que los objetivos de igualdad y equidad escaparon al anhelo de la sociedad paraguaya (Rivarola, 2008).

En materia educativa la democratización del país conllevo una Reforma exigida por la sociedad paraguaya. Ante esta propuesta la educación superior permaneció indemne. Entre las razones que explican esta situación están presentes: el abuso del principio de autonomía que “termina convertido en un instrumento de aislamiento” (Rivarola, 2008: 558); la “mediatización” de la universidad (Rivarola, 2008: 558), que argumenta la debilidad de la planta académica pues los profesores no se dedican exclusivamente a la docencia e investigación, sino que son complemento de la actividad de los profesionales que ahí dan clases; la escisión entre los distintos niveles educativos en el país, por lo que la universidad no se siente apelada por los esfuerzos realizados por la educación básica y media, en el marco de la Reforma Educativa; por último la corrupción y el clientelismo heredados del régimen pasado (Garay Argüello, 2013: 296).

De esta manera, una de las características de las universidades paraguayas ha sido la resistencia al cambio el cual ha llegado por presiones externas (Rivarola, 2008). A las que tras la expansión del sistema de educación y la consecuente masificación que implicó pasar de un par establecimientos en 1990 a más de cincuenta en 2011 (Ordorika, 2019), sumaron tendencias de cambio internas, pero ajenas a las cúpulas de las instituciones. Este crecimiento enfrentó a las universidades con el ideal de elitismo que aún esgrimían en respuesta a las exigencias de cambio en sus prácticas de admisión estudiantil.

El crecimiento sostenido de instituciones y matrícula, la persistencia de prácticas clientelares dentro de las universidades, así como la corrupción que implica en las capas altas de la burocracia escolar son las características que enmarcan el movimiento estudiantil paraguayo sucedido en 2015.

El movimiento estudiantil #UNAnotecalles tiene como punto de partida la denuncia de prácticas clientelares por parte del diario paraguayo Última Hora (Masi Netto, 2015). Días después, Friolán Peralta, entonces rector, fue entrevistado en un programa de televisión con respecto al tema. Fuera del canal lo esperaba un grupo de estudiantes para increparlo, por lo que el funcionario se apresuró a salir de la televisora. (Escobar Leite, 2015: 25). Con este antecedente, el Rector pide permiso para abandonar temporalmente el cargo, situación ratificada por los miembros del Consejo Superior Universitario.

El día de la reunión en que se discute el permiso se instituye la demanda que daría forma al movimiento: el rechazo al permiso y la efectiva destitución de Peralta. Ese mismo día se presenta la primera acción de protesta, que fue sitiar el edificio donde se realizaba la reunión y su posterior vigilancia para evitar la quema, desaparición o alteración de documentos.

En su trayecto #UNAnotecalles desarrolló diversas características emblemáticas de los movimientos estudiantiles latinoamericanos: las formas de organización y toma de decisiones, el uso de nuevas tecnologías de la comunicación, las formas de protesta, así como el distanciamiento con los códigos políticos tradicionales, son puntos en común entre la protesta juvenil contemporánea, en el caso paraguayo se presentaron de la siguiente forma:

La conformación del movimiento estudiantil no careció de líderes representantes de las diversas facultades adscritas a este (Caballero Alarcón, 2018). No obstante, fue la participación horizontal y la toma de decisiones las que guiaron la agenda del movimiento. Fue el consenso logrado en las asambleas universitarias, apoyado en organizaciones estudiantiles independientes, lo que posibilitó la creación de equipos de trabajo que procuraron la difusión, protección y permanencia del movimiento (Sosa Walder, 2015).

El uso de los medios de comunicación tradicional y las nuevas tecnologías por parte de los estudiantes proporcionó credibilidad y permitió la adhesión masiva a la protesta estudiantil. El papel de los medios fue preponderante, puesto que la denuncia de corrupción fue sustentada por estos. En cuanto a las nuevas tecnologías, existen dos puntos clave: la creación del hashtag #UNAnotecalles (Sosa Walder, 2015) y la posterior conformación del equipo de comunicación conformado por medios independientes y estudiantiles que difundían contenido oficial del movimiento (Masi Netto, 2015).

Las acciones de protesta fueron cruciales para el apoyo que logró el movimiento allende sus fronteras. Las acciones del movimiento fueron acompañadas de cantos, bailes e incluso carnavales que buscaron transmitir las reivindicaciones de forma lúdica. (Sosa Walder, 2015).

La protesta en la Universidad Nacional de Asunción se caracterizó por su distanciamiento de la política al declarase apartidista. (Sosa Walder, 2015). Esto le permitió mantener una postura crítica ante el intento por parte del CONES de interceder en la Reforma Universitaria, argumentando que esto violaba la autonomía constitucional otorgada a la universidad.

Las demandas que enarboló el movimiento fueron tres (Escobar Leite, 2015): el saneamiento de la universidad, la Reforma Universitaria y el pleno ejercicio de la Autonomía Universitaria. El primero reclama la renuncia de académicos y funcionarios que tengan relación con las acusaciones de corrupción, reforzada por la exigencia de garantías judiciales que sancionen a los involucrados. El segundo buscó dotar de un nuevo Estatuto académico a las facultades que impidiera la reincidencia de prácticas clientelares; también implicó la destitución de funcionarios y académicos que no cumplieran con el perfil que sus funciones requerían. Por último, el pleno ejercicio de la autonomía universitaria se impulsó para evitar la intervención del Consejo Nacional de Educación Superior (CONES), calificada de anticonstitucional puesto que la soberanía universitaria garantizaba el propio gobierno de la institución.

En estas tres demandas hubo importantes victorias. La primera y más notable fue la destitución y posterior encarcelamiento de Froilán Peralta, junto a la de otros funcionarios de la Universidad de Asunción. La agridulce puesta en marcha de las mesas y discusiones sobre la Reforma Universitaria en la que el compromiso estudiantil fue más endeble. Por último, la detención de la injerencia política, representada por el CONES, resalta la defensa de la autonomía universitaria.

III. Similitudes continentales

Entre las primeras interpretaciones de los movimientos estudiantiles, una de las ideas más expandidas es que estos representaron un despertar de una generación apolítica (Domínguez, 2005), una tesis que difícilmente soporta el análisis histórico (Orellana, 2017). En Paraguay, esta interpretación también estuvo presente (Ferreira Bueno, 2015). No obstante, esta tampoco acertó en un país que suele acusar de apatía a su ciudadanía, tesis que recién comienza a discutirse (Larrouqué, 2019). Los movimientos surgidos tras la destitución de Fernando Lugo (Soler, 2015), también estuvieron presente en la Universidad Nacional de Asunción (Makaran y Silvero, 2013).

El uso de las nuevas tecnologías y redes sociales en los movimientos contemporáneos ha sido uno de los temas más controversiales. Tras casi un decenio, las posturas comienzan a vislumbrar la simbiosis entre estos y las manifestaciones analógicas como fundamento de sus análisis. En el caso paraguayo se observa la imbricación de la protesta con las tecnologías tradicionales y las nuevas, situación poco explorada aún, pero presente en iniciativas ciudadanas y movimientos sociales de mayor envergadura (Flores Màrquez, 2015).

El proceso de organización de los movimientos estudiantiles en América Latina tuvo como uno de sus ejes la horizontalidad de la toma de decisiones y de asignación de tareas. La horizontalidad organizativa estuvo presente en la primavera paraguaya: las diferentes comisiones organizadas por los estudiantes posibilitaron la dilatada existencia del movimiento.

La puesta en marcha de nuevas formas de expresión de la protesta es un proceso que contribuyó a la adhesión de la sociedad civil a las protestas, en un comienzo, estudiantiles. Las marchas fúnebres realizadas en México y la práctica de los flashmob en Chile cautivaron a sus respectivas sociedades. Los estudiantes de la UNA persuadieron a la suya mediante carnavales y campañas de información y difusión.

Algunas concepciones sobre el despertar de la juventud (Natanson, 2016) tienen como sustento la apatía política de este segmento poblacional. La respuesta que los movimientos sociales contemporáneos han dado es un compromiso político que trasciende las formas de participación ciudadana tradicionales cifradas en el voto (Bizberg, 2015) y en el clientelismo en el caso paraguayo (Friggeri, 2017). Los movimientos estudiantiles latinoamericanos fueron ajenos a la política de partidos, eso no les impidió defender intereses políticos como la defensa de la universidad pública en Chile, el proceso democrático en México o detener la imposición de políticas de mercantilización de la educación (Colombia). En Paraguay se buscó destronar la cúpula universitaria heredera de las prácticas previas a la democratización del país.

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[1] Se reconocen diferentes antecedentes que posibilitaron el movimiento, entre los que destacan: el movimiento de estudiantes secundarios, la ley de transparencia a entidades públicas o las disputas políticas en las que la universidad sería un daño colateral.

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Bibliografía.

Bizberg, I. (2015). “Los nuevos movimientos sociales en México: el movimiento Por la Paz con Justicia y Dignidad y #YoSoy132”, Foro Internacional, LV, 1 (219), pp. 262-301.

Caballero Alarcón, Félix Alberto. (2018). “Praxis reformista estudiantil, de #UNAnotecalles en Paraguay, en las huellas de 1918”, Integración y conocimiento, 1 (8), pp. 179-188.

Damien Larrouqué, Damien. (2019). ”Introduction. Le Paraguay peut-il encore être qualifié de «semi-autoritaire»?”, Cahiers des Amériques Latines, (90), pp. 21-38.

Escobar Leite, Federico. (2015). “Reivindicaciones en el movimiento estudiantil paraguayo: el caso #UNAnotecalles”, Estudios Paraguayos, XXXIII (1-2), pp. 23-31.

Ferreira Bueno, Henrique. (2015). “Caracterización de los sujetos sociales universitarios movilizados en las luchas de setiempre-octubre de 2015”, Estudios Paraguayos, XXXIII (1-2), pp. 43-53.

Flores Márquez, Dorismilda. (2015). “Ganar la red no significa perder la calle: activismo y comunicación en la red, las calles y los medios”, Media & Jornalismo, pp. 167-178.

Friggeri, Félix Pablo. (2017). “Paraguay después del golpe: el precio de ponerse colorado”, Foro Internacional, LVII (1), pp. 188-226.

Garay Argüello, Ricardo. (2012). “Autonomía, autarquía y corrupción universitaria en Paraguay”. En: Gabriela Dalla-Corte Caballero, Estado, nación e historia en el Bicentenario de la Independencia del Paraguay, Asunción: Intercontinental, pp. 284-299.

Makaran, Gaya y José Manuel Silvero. (2013). “Resistencia en los muros de asución”, Archipiélago, 20 (79), pp. 42-43.

Masi Netto, Chiara. “Cansados de ‘usos y abusos’ propiciados por difirgentes universitários, jovenes estudiamtes florecieron em agitada primavera a travès de solidaria organización”, Estudios Paraguayos, XXXIII (1-2), pp. 55-63.

Natanson, José. (2013). “El retorno de la juventud. Movimientos de repolitización juvenil en nuevos contextos urbanos”. Nueva Sociedad, (243), pp. 92-103.

Ordorika, Imanol. (2019/09/13). “Educación universitaria en Paraguay”. Conferencia Magisterial llevada a cabo en el Auditorio Ricardo Torres Gaytán, Instituto de Investigaciones Económicas, Universidad Autónoma de México, Ciudad Universitaria, México, D.F. https://www.youtube.com/watch?v=fxEuhYPky2A&list=PLNUZJBV0eonjgWtVaNpwdLtz68ekkzaDj&index=11

Orellana, Nicolás. (2017) “Alcances y límites de la noción de ‘repertorio de contestación’ para describir, medir y explicar la conflictividad en Chile”. Estudios Sociológicos, 35 (105), pp. 625-652.

Pleyers, Geoffrey. (2018). Movimientos sociales en el siglo XXI: perspectivas y herramientas analíticas. Buenos Aires: CLACSO.

Ponce, Camila. (2018). «Líderes jóvenes alter-activistas en Costa Rica en la era post 2011». En: Garita, Nora. (ed.). América Latina y sus pueblos en movimiento; Heredia: Letra Maya, pp. 275-304.

Rivarola, Domingo. (2008). La universidad paraguaya, hoy. Avaliação: Revista da Avaliação da Educação Superior (Campinas), 13(2), pp, 533-578.

Rodriguez, Isabel. (2015). “Primavera estudiantil en los medios de comunicación”, Estudios Paraguayos, XXXIII (1-2), pp. 65-75

Sosa Walder, Maria Pía. (2015). “Una primavera sin igual”, Estudios Paraguayos, XXXIII (1-2), pp. 13-21.

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