La semana pasada murieron tres escritores fundamentales para la tradición literaria latinoamericana. El brasileño Rubem Fonseca falleció el 15 de abril, el chileno Luis Sepúlveda al día siguiente y la mexicana Amparo Dávila el 18. Esta breve nota es una despedida para ellos y una invitación para que su obra siga siendo leída.
Rubem Fonseca (Minas Gerais, 1925) fue uno de los escritores brasileños más importantes del siglo XX. Era un extraordinario narrador. Sus obras se caracterizan por tratar con ingenio y agudeza la violencia humana en distintos entornos, sobre todo los marginales, como lo muestran las historias protagonizadas por policías, prostitutas o asesinos. Fue el creador del célebre personaje Paulo Mendes, Mandrake, un abogado criminalista y detective especialista en casos de extorsión. Se caracteriza por ser cínico, perspicaz y mujeriego, además de tener un profundo conocedor del submundo carioca. Mandrake fue llevado a la televisión en una miniserie para la cadena HBO Latinoamérica. En 2003, Fonseca ganó el Premio Camões, el más prestigiado galardón literario en lengua portuguesa. Es difícil decir cuáles son sus obras más importantes entre su vasta producción artística, pero podría invitar a leer el libro de relatos El cobrador (1979) y la novela Agosto (1990). En este espacio comparto el cuento “Ciudad de Dios”, incluido en el libro Historias de amor de 1997.
Rubem Fonseca. Fotografía de la Agencia literaria Carmen Balcells.
Luis Sepúlveda (Ovalle, 1949) fue un escritor chileno afincado en España. Tras el golpe militar de Augusto Pinochet, estuvo encarcelado durante tres años y en 1977 partió al exilio. Durante 20 años vivió en varios países de América Latina, hasta que se estableció en Hamburgo y posteriormente Gijón. Sus obras tienen un gran contenido político, producto de su experiencia y de sus intereses personales. En ellas se abordan temas como la guerrilla, los crímenes dictatoriales y la violencia política. Uno de sus personajes más entrañables es Juan Belmonte, ex guerrillero y escolta de Salvador Allende. Entre sus novelas más destacadas están: Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar (1996), Historias marginales (2000) y Un viejo que leía novelas de amor (1988). Esta última fue llevada al cine, la adaptación puede verse en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=UF8Cu--xa3Q&t=3s
Luis Sepúlveda. Fotografía de Daniel Mordinski.
Amparo Dávila (Zacatecas, 1928) es, sin duda, una de las más grandes escritoras mexicanas del siglo XX. Gran parte de su obra pertenece al género fantástico y el terror. En ella toca temas como la locura, la angustia, los peligros y la muerte. Sus protagonistas suelen ser personajes femeninos porque el lugar de las mujeres en una sociedad machista y opresora fue una de sus preocupaciones literarias. Publicó poesía y tres volúmenes de cuentos: Tiempo destrozado (1959), Música concreta (1964) y Árboles petrificados (1977), ganador del premio Xavier Villaurrutia. Comparto “El huésped”, su relato más conocido y uno de los más destacados en la literatura mexicana:
Amparo Dávila. Fotografía del Instituto Zacatecano de Cultura.