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Violaciones de los derechos humanos en Haití y la MINUSTAH (2004-2010)

Las violaciones de los derechos humanos en Haití, y la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH) en el período 2004-2010


Por: Edgar Giron Garnica.


Resumen: La Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH, por sus siglas en francés) fue una intervención militar orquestada por los Estados Unidos para pacificar el país caribeño, durante el periodo de 2004 a 2017. Bajo esa lógica, la MINUSTAH tenía como principal objetivo el respeto hacia los derechos humanos, sin embargo, no se cumplió, puesto que la misma Misión realizó violaciones de los derechos humanos de los habitantes de Haití. El presente texto describe algunas de éstas, acontecidas entre 2004 y 2010.

Palabras claves: Haití, violencia, ONU, Estados Unidos, derechos humanos.


La presente investigación tiene como objetivo describir algunas de las violaciones de los derechos humanos en Haití con relación a la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH por sus siglas en francés), en el periodo de 2004 a 2010.

El proceso histórico contemporáneo de Haití puede ser entendido desde 1986 con la salida de Jean Claude Duvalier.[1] Luego de diversas crisis políticas entre 1986-1990 (golpes de Estado, regímenes militares, elecciones fraudulentas etc.) el país caribeño sufrirá de un nuevo régimen militar instaurado luego de un golpe de Estado en 1990. Esto conllevará a que los Estados Unidos decidan intervenir militarmente en 1994 para reinstaurar al gobierno depuesto (este gobierno fue el Jean Bertrand Aristide).[2] El efecto de la intervención fue que de 1994-2000 Haití estuvo bajo la supervisión de Washington y las Naciones Unidas (ONU), con diversas intervenciones militares, con el pretexto de establecer un régimen “democrático”.

En 2000 Haití sufrirá de una nueva crisis política, esta vez causada por el partido gobernante “Lavas”, y su dirigente principal Aristide. A causa de las diversas acusaciones por parte de la OEA y la ONU, contra Aristide de fraude electoral, los Estados Unidos bloquearon la entrada de donaciones por parte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El efecto inmediato fue que Haití sufrió una degradación económica-social por falta de inversión entre 2001-2004.

Así pues, de 2001 a 2004 Haití fue inducido a una crisis político-económica para derrocar a Aristide, todo bajo mandato de EE.UU. El resultado de esta crisis inducida fue un golpe de Estado en febrero de 2004 con el enfrentamiento de exmilitares haitianos contra partidarios de Aristide (chiméres, proAristide). En este contexto, los Estados Unidos intervienen –bajo el argumento de evitar una guerra civil, puesto que se habían registrado más de 200 muertes[3]— nuevamente en Haití con la legitimidad de la ONU retirando del cargo al mandatario haitiano he instalado un gobierno “títere” y una misión militar.[4]

Esta última fue la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH) instaurada bajo la resolución 1540 del Consejo de Seguridad de la ONU con tres objetivos: crear un entorno seguro y estable, instituir un proceso político, además de ayudar a la protección de los derechos humanos.[5] Al respecto el Secretario General de la MINUSTAH mencionó que: “Las violaciones de los derechos humanos cometidos en Haití han sido y siguen siendo causa de grave preocupación. […] los abusos en materia de derechos humanos y otros actos de violencia, incluido las matanzas extrajudiciales, los arrestos arbitrarios, las detenciones indebidas,”[6] causaron una alarmante preocupación en la comunidad internacional, por lo que le se le asigna a la MINUSTAH contribuir tanto en la protección de los derechos humanos, como en evitar que siguiera incrementándose el contexto de violencia.

Por su parte, el gobierno instaurado, luego del golpe de Estado, utilizó a la policía para violentar a los opositores, muestra de ello, fue el aumento de la violencia en 2005, “derivada de conflictos entre las autoridades policiales y grupos armados ilegítimos [principalmente pandillas en Puerto Príncipe].[7] Dichas agrupaciones (catalogadas en su mayor parte, como proAristide) son el objetivo a destruir por parte del Gobierno de Transición y de la MINUSTAH.

Los cascos azules[8] consideraron como amenaza para la estabilización del país a los ex militares y los grupos proAristide. Con relación a los primeros, el primer ministro haitiano, Gerard Latortue “ratificará el poder de facto de los rebeldes con un discurso en Gonaïves en el que los calificaba de luchadores por la libertad”.[9] Así solapó varios de los delitos cometidos por los exmilitares. Mientras que a los segundos (los grupos proAristide) fueron atacados por la MINUSTAH y el gobierno haitiano.

En su informe, el representante de los derechos humanos de la ONU, Bill Quigley, mencionó que “es de notar y preocupante que el sistema judicial haitiano ha sido capaz de moverse para limpiar todos los cargos en contra de gente convicta de violaciones masivas a los derechos humanos quienes son amigos y seguidores del actual régimen no-electo”.[10]

Este régimen no-electo decide reprimir a toda la oposición proAristide para crear las condiciones hacia la transición política que se efectuó en 2006. Es por ello, que de 2005 a 2007 se incrementa el número de operativos de la Policía Nacional Haitiana (PNH) y la MINUSTAH, en donde se encarcela a cientos de personas partidarias de Aristide, bajo el argumento del acrecentamiento de violencia en áreas pobres de la capital.[11]

Así pues “la población carcelaria de los 17 establecimientos de Haití había aumentado de 2,586 a 6,047 personas entre julio de 2005 y junio de 2007: en junio de 2007, 84% de la población carcelaria no había sido acusada formalmente; el porcentaje de personas sin condena se calcula en 98%”.[12] La práctica social utilizada por el gobierno haitiano para controlar a la población fue utilizar una política de miedo, encarcelando a los opositores, si se les consideraba hostiles al régimen o a la MINUSTAH.

En efecto:

Varios detenidos han denunciado haber sido objeto de palizas y torturas durante interrogatorios policiales, especialmente en la celda de detención de la Oficina Central de la Policía Judicial (Direction Centrale de la Police Judiciare). Organismos que velan por los derechos humanos han entrevistado regularmente a detenidos y han verificado signos físicos de abusos y malos tratos […] algunos de los oficiales responsables de esos actos han sido aprendidos y procesados […] [pero los policías] han sido liberados por los jueces.[13]

Desde el inicio de la intervención hubo fuertes críticos por parte de la población haitiana, éstas se manifestaron mayormente con el pasar de los años de la injerencia. Ejemplo de ello, es que, a un año de establecida la Misión, el premio nobel de la paz, Adolfo Pérez Esquivel, visitó Haití y, al concluir dicha visita, realizó un informe donde señaló los fracasos y las contradicciones de la MINUSTAH al mencionar que “uno de los problemas cotidianos que presenta la misión militar es su mera presencia, fuertemente armada. A esta imagen real y simbólicamente tan violenta se suma que la abrumadora mayoría de las tropas carece de posibilidad alguna de comunicarse”.[14] Además, se agregaría las constantes acusaciones por parte de organismos haitianos sobre las violaciones de mujeres por parte de los elementos de la MINUSTAH.

Mediante informes, como los presentados por la Organización Solidaridad de Mujeres Haitianas (Sofa), se evidenció y reclamó en 2005, abusos por parte de integrantes del batallón de Paquistán en la zona de Gonaïves en contra de una mujer con problemas mentales.

Asimismo, hubo denuncias de la población haitiana contra integrantes del batallón uruguayo, pues, en un video difundido en 2011 se observa cómo los soldados uruguayos abusan sexualmente de un joven. Posterior a la divulgación del video, dichos soldados fueron regresados a su país de origen, en donde se consideró el perdón porque supuestamente no se contó con los elementos suficientes para condenarlos,[15] lo que ocasionó más críticas contra la Misión.

A su vez, soldados del batallón de Sri Lanka serán señalados como los principales sujetos que abusaron de mujeres y niños haitianos en diversos años. Una investigación interna de la ONU, reveló que “al menos 134 cascos azules de Sri Lanka estuvieron involucrados en una red que utilizó sexualmente a nueve menores de 2004 a 2007.”[16] Los soldados utilizaron su posición para cometer los delitos contra diversas personas entre ellos niños y niñas de diversas edades, que fueron objetos sexuales.

Algunos de los casos de violación sexual se les catalogó como “sexo por sobrevivencia”[17], debido a que las víctimas fueron coaccionadas por los militares a cambio de comida y dinero. Como resultado de estos hechos se dio el nacimiento de cientos de niños hijos de soldados de la MINUSTAH, estos infantes quedaron huérfanos ante el abandono y no reconocimiento de los militares.

Al respecto el almirante brasileño Ademir Sobriho, colaborador de la MINUSTAH, mencionó, en una conferencia de prensa en Europa, que sus tropas jamás participaron en abusos de casos de violencia sexual.[18] A través de dicha declaración él negó rotundamente lo ocurrido en contra de la población haitiana.

Otra de las fuertes críticas contra la MINUSTAH se produce luego de los diferentes operativos realizados en contra de “bandas armadas” en zonas pobres como Cité Soleil, dado que en este sitio hubo un gran número de heridos que serían catalogados como “daños colaterales”. Sobre todo, en operativos conjuntos como el realizado en diciembre de 2006 en donde diversos medios de comunicación mencionaban que se produjeron hasta 30 o 70 muertes en los enfrentamientos.[19]

En efecto:

Una parte de estas “bandas”, o presuntas mafias, en realidad eran identificadas con grupos de ciudadanos autoorganizados ligados al expresidente exiliado [Aristide] y, aunque eran ciertas también la presencia de grupos de verdaderos criminales en aquellos barrios, los métodos represivos utilizados por la Minustah, que consistían en bombardeos con cañones y embestidas con tanques militares (…) cobraron la vida de numerosas víctimas inocentes.[20]

Los diversos operativos en contra de Cité Soleil, serán catalogados como una política de Estado para acabar con los barrios pobres de la ciudad, a esos sucesos se les consideró como “daños colaterales” o una “guerra contra los pobres”. Sobre este tema, Raúl Zibechi, mencionó que la “guerra contra los pobres encabezada por gobiernos que se dicen afines a los pobres. Existe una estrecha relación entre las actividades de nuestros soldados en los barrios pobres de Haití y la militarización de las favelas y los barrios pobres de las grandes ciudades sudamericanas.”[21]

Guerchag Batista, del Partido Encuentro Socialista por una Nueva Iniciativa Nacional, resume la participación de la Misión diciendo que “La Minustah generó mucha violencia contra los estudiantes, contra los pobres que viven en las favelas. Los soldados violaron a las mujeres, a los hombres. Se cometió mucha violencia contra las personas en el país y trajo la epidemia de cólera. Fue un desastre enorme causado por la ONU”. [22]

Con base en la revisión anterior, es posible concluir que algunas violaciones de derechos humanos en Haití fueron realizadas por elementos de la MINUSTAH, lo que generó una gran contradicción pues entre los principales objetivos de dicha Misión era la protección de la población haitiana. Es por ello, que considero relevante visibilizar las acciones de aquellos militares de la ONU que participaron en la MINUSTAH y que cometieron violaciones a los derechos humanos. Lo anterior hace absolutamente necesario que la comunidad internacional tome a corto plazo acciones para resarcir los daños y, a su vez, se responsabilice de las consecuencias por las violaciones a los derechos humanos ejercidas por parte de los cascos azules. La finalidad, es contribuir en la erradicación de ese tipo de prácticas y violaciones no solo contra la población haitiana, si no en cualquier nación y, sobre todo, hacer un llamado para evitar que se lleven a cabo intervenciones militares en otras zonas del mundo.



Fuentes consultadas:

“Abusos de cascos azules, niños y mujeres, víctimas en Haití”, La Jornada, 13 de abril de 2017.

“Seamos todos Citié Soleil”, La Jornada, 26 de febrero de 2007.

Larusso, Fabrizio y Vinci, Romina, El hambre de Haití. Terremoto, olvido y paradojas de la solidaridad. León Guanajuato, Universidad Iberoamericana, 2019.

Escola de Cultura de Pau, “Haití: una oportunidad para la política exterior española”, En Informe de recomendaciones a la AECI y al Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación. Misión exploratoria en Haití, 2005.

Arias Archundia, Diana Rosas. Las operaciones de mantenimiento de paz de Naciones Unidas: el caso de la MINUSTAH en Haití, tesis de licenciatura, Universidad Nacional Autónoma de México, 2015.

Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, ONU, Informe del Secretario General sobre Haití, 16 de abril de 2004, S/2004/300, [en línea] https://undocs.org/es/S/2004/300, fecha de consulta: 26 de julio de 2020.

Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, ONU, Resolución 1542. Aprobada en el en su 4961 sesión, celebrada el 30 de abril de 2004, [en línea] https://www.acnur.org/fileadmin/Documentos/BDL/2005/3729.pdf, fecha de consulta 25 de julio de 2020.

Martina Silva, Vanessa, “Violaciones, cólera y 30 mil muertos: conozca el legado de la Minustah en Haití”, en Brasil de Fato, [en línea] https://www.brasildefato.com.br/2017/09/04/violaciones-colera-y-30-mil-muertos-conozca-el-legado-de-la-minustah-en-haiti/, fecha de publicación 4 de septiembre de 2017, fecha de consulta: 20 de abril 2020.

Organización de los Estados Americanos, Comisión Interamericana de Derechos Humanos, capitulo IV, 2004 [en línea] https://www.cidh.oas.org/annualrep/2004sp/cap.4b.htm, fecha de consulta 25 de julio de 2020.

Organización de los Estados Americanos, Comisión Interamericana de Derechos Humanos. capitulo IV, Haití, 2007 [en línea] https://www.cidh.oas.org/annualrep/2007sp/cap4Haiti.sp.htm>, fecha de consulta: 20 de agosto 2020.

Pérez Ezquivel, Adolfo, Nora Cortiñas y Beverly Keene. Misión internacional de investigación y solidaridad con Haití, [en línea] https://haitinominustah.files.wordpress.com/2014/05/informe-final-de-la-misic3b3n.pdf, , fecha de consulta, 20 de agosto de 2020.

Quigley Bill, “Reporte Sobre los Derechos Humanos en Haití”, en Presentado a la Asociación Internacional de Abogados Democráticos, Universidad Loyola Nueva Orleans, 7214 St. Charles Avenue, New Orleans, LA 70118 US duprestars@yahoo.com. [en línea] http://www.derechos.org/nizkor/haiti/doc/quigleysp.html, fecha de publicación 26 de febrero de 2006, fecha de consulta, 27 de agosto de 2020.

Zibehi Raúl, “Genocidio en Haití: la responsabilidad de la Izquierda”, en Pensamiento Crítico, [en línea] http://www.pensamientocritico.org/rauzib0307.html, fecha de consulta: 25 de abril del 2020.



Notas:

[1] Jean Claude Duvalier, fue hijo de François Duvalier dictador de Haití de 1957-1971, la dictadura de los Duvalier fue causante de más de 30 000 muertes y cientos de exiliados. Los Duvalier fueron apoyados duran años por los Estados Unidos bajo el pretexto de evitar que el “socialismo” en Cuba se expandiera. [2] Jean Bertrand Aristide fue el único presidente electo de Haití en 1990, con más del 60% del electorado popular. [3]Organización de Estados Americanos, Comisión Interamericana de Derechos Humanos, capitulo IV, 2004, p. 2. <https://www.cidh.oas.org/annualrep/2004sp/cap.4b.htm>, fecha de consulta 25 de julio de 2020. [4] El gobierno instaurado estuvo a cargo de Gerard Latortue, pues, fue elegido por un “consejo de sabios”. Este personaje había sido diplomático de las Naciones Unidas en los años 80. [5]Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, ONU, Resolución 1542. Aprobada en el en su 4961 sesión, celebrada el 30 de abril de 2004. <https://www.acnur.org/fileadmin/Documentos/BDL/2005/3729.pdf>, fecha de consulta 25 de julio de 2020 [6] Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, ONU, Informe del Secretario General sobre Haití, 16 de abril de 2004, S/2004/300, <https://undocs.org/es/S/2004/300>, fecha de consulta: 26 de julio de 2020. [7] Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Capítulo IV, Op, cit, p.3. [8] A los soldados de la MINUSTAH también se les conoció como “cascos azules”, debido a que su uniforme tenía elementos de ese color. [9]Escola de Cultura de Pau, “Haití: una oportunidad para la política exterior española”, en Informe de recomendaciones a la AECI y al Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación. Misión exploratoria en Haití, 2005, p. 18. [10] Bill Quigley, “Reporte Sobre los Derechos Humanos en Haití”, Presentado a la Asociación Internacional de Abogados Democráticos, Universidad Loyola Nueva Orleans, 7214 St. Charles Avenue, New Orleans, LA 70118 US duprestars@yahoo.com. http://www.derechos.org/nizkor/haiti/doc/quigleysp.html fecha de consulta 27 de agosto de 2020. [11] En el reporte de Bill Quigley, se menciona que una investigación de la Universidad de Miami, mostraba que, a raíz de una visita a Haití, la mayoría de detenidos en la cárcel de Puerto Príncipe, en la sección de pandillas, se encontraban “42 prisioneros en la celda, y algunos ya habían permanecido ahí hasta treinta días. A ninguno se le había presentado frente a ningún magistrado, aun siendo que la Constitución Haitiana exige que se haga dentro de las 48 horas siguientes al arresto [ya que] todos declararon que fueron arrestados por apoyar a Lavas”. Ídem. [12] Organización de los Estados Americanos, Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Capitulo IV, Haití, 2007, p. 11. <https://www.cidh.oas.org/annualrep/2007sp/cap4Haiti.sp.htm>, fecha de consulta: 20 de agosto 2020. [13] Ibid., p. 9. [14] Adolfo Pérez Ezquivel, Nora Cortiñas y Beverly Keene. Misión internacional de investigación y solidaridad con Haití, 3 al 9 de abril de 2005. p. 11. <https://haitinominustah.files.wordpress.com/2014/05/informe-final-de-la-misic3b3n.pdf >, fecha de consulta, 20 de agosto de 2020 [15] Diana Rosas Arias Archundia. Las operaciones de mantenimiento de paz de Naciones Unidas: el caso de la MINUSTAH en Haití, tesis de licenciatura, Universidad Nacional Autónoma de México, 2015, p. 92. [16]La Jornada, año 23, núm. 11748, 13 de abril de 2017 [en línea] https://www.jornada.com.mx/2017/04/13/politica/002n1pol. [17] Ibíd. [18] Ibíd. [19] Raúl Zibehi, “Genocidio en Haití: la responsabilidad de la Izquierda”, en Pensamiento Crítico, <http://www.pensamientocritico.org/rauzib0307.html>, fecha de consulta: 25 de abril del 2020. [20] Fabrizio Larusso y Romina Vinci, El hambre de Haití. Terremoto, olvido y paradojas de la solidaridad. León Guanajuato, Universidad Iberoamericana, 2019, p. 81. [21]La Jornada, año 23, núm. 8087, 26 de febrero de 2007 [en línea] <https://www.jornada.com.mx/2007/02/26/index.php?section=politica&article=016a1pol>, fecha de consulta 28 de agosto de 2020. [22]Vanessa Martina Silva, “Violaciones, cólera y 30 mil muertos: conozca el legado de la Minustah en Haití”, en Brasil de Fato, 4 de septiembre de 2017 < https://www.brasildefato.com.br/2017/09/04/violaciones-colera-y-30-mil-muertos-conozca-el-legado-de-la-minustah-en-haiti/> fecha de consulta: 20 de abril 2020.





Sobre Edgar:


Pasante en la licenciatura de Historia y Sociedad Contemporánea, Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM).

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